La dificultad de hacer escaparates en un sector muy marcado por la competencia, a veces, hace olvidar el sentido de las cosas. Al final el escaparate evoca la importancia esencial del producto, el perfume, y los elementos que utiliza son los que apoyan la propia venta del artículo y de su valor. Un escaparate que da la posibilidad de descubrir la tienda y el producto, más allá de la enseña.
Un escaparate elegante y, al mismo tiempo, artístico, que no pasa desapercibido por estos valores y manifiesta que la elegancia no está reñida con el dinero. En definitiva, que la elegancia va de la mano con la sencillez y es un buen mensaje para el consumidor.
Sus tiras de olor dispuestas alrededor de un envase, concebidos desde la sensibilidad y el arte, nos centran en UNA PERFUMERIA donde todo es también sentido y sensibilidad.
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